El pasado fin de semana asistí a las "I Jornadas de Ateos y Librepensadores". Unas jornadas de este tipo, son una verdadera fuente de concienciación sobre el poder de la Iglesia, pero también sobre la potencialidad del ateísmo y el librepensamiento.
Informativamente hablando, estamos acostumbrados a primar el descubrimiento de escándalos, la entrevista en exclusiva, los informes secretos, las cuentas opacas, las tarjetas negras..., la novedad en definitiva. En una época así, la Asociación Madrileña de Ateos y Librepensadores ("AMAL") nos ofrece unas reflexiones clásicas, aunque no por ello menos rompedoras. Nada de lo que allí se dijo fue un descubrimiento ni una primicia periodística, pero si grandes lecciones sobre Historia de la ciencia, el poder político y jurídico de la Iglesia Católica, el derecho a una muerte digna, los datos del ateísmo a nivel español y mundial, los crímenes de la Iglesia Católica, el estado del laicismo, etc...
Acudí al encuentro con ilusión, aunque tenía mis suspicacias. Porque cuando se reúne un colectivo siempre se corre el riesgo de encontrarse con exaltados que nunca se ven en la primera línea pero que existen. En los partidos políticos, en las empresas, incluso en las familias, cuando uno se adentra en el círculo íntimo, va conociendo de manera descarnada lo que hay detrás de una cuidada imagen o un portavoz, y no siempre gusta lo que se descubre, desanimando así a participar en el proyecto colectivo. Afortunadamente nada eso ocurrió. No digo que no existan esos elementos, pero por allí no aparecieron, ni entre el público ni entre los ponentes.
No pretendo hacer un resumen de cada conferencia, pero sí dejar un relato testimonial de lo que fueron. El programa completo se puede descargar aquí.