Muchas son
las barbaridades que se han dicho de Pablo Iglesias. Intentaré analizar aquí
tan solo dos de las más difundidas, las relacionadas con ETA y con Venezuela. Y
lo haré principalmente con la ayuda de youtube, que tan torticeramente se ha
usado contra Pablo Iglesias.
Quizás el mayor exponente de estas tergiversaciones haya sido Eduardo Inda. Como telespectador
de La Sexta Noche, he asistido con intriga y estupor a la inquina que Eduardo Inda
demuestra con el secretario general de Podemos, y me he dispuesto a intentar
averiguar el siguiente misterio: ¿por qué un profesional del periodismo como Eduardo Inda pierde los papeles con Pablo Iglesias? ¿Está la respuesta en que ambos son arrogantes, tenaces y mordaces? Es posible. Quizás Pablo Iglesias debería haber sido más paciente, más didáctico, pero reconozco que con la insistencia y tono crispado que usa Inda es muy dificil. Sé que muchos piensan que el periodista es un simplón mal educado, pero no estoy de acuerdo del todo. Es capaz de reconocer errores y atacar a los suyos si cree que lo han hecho mal. En cambio, su famoso nervio amarillista bien conocido en el mundo del deporte, cuando estaba al frente de "Marca", a veces es un obstáculo insalvable. Hasta que no consigue que su interlocutor admita su mentira o incoherencia, no para, y se agarra a sus argumentos como quien se agarra a un balón, aunque ya esté fuera de juego. El problema es que si la gente no comparte esa percepción de una mentira o incoherencia, sus ganas de ganar el partido pueden hacer que siga repitiendo sus mantras ad infinitum, sin darse cuenta del ridículo que hace.
Uno de sus ridículos más bochornonos fue cuando acusó a Pablo Iglesias de ser casta porque llevaba guardaespaldas y pinganillo. Ni la seguridad ni la comunicación sin cables convierte a los políticos en casta, ni Podemos se quejó nunca de eso. Si el PP o el PSOE, dejaran los guardaespaldas y los pinganillos, seguirían siendo casta. Pura y evidente demagogia.
Uno de sus ridículos más bochornonos fue cuando acusó a Pablo Iglesias de ser casta porque llevaba guardaespaldas y pinganillo. Ni la seguridad ni la comunicación sin cables convierte a los políticos en casta, ni Podemos se quejó nunca de eso. Si el PP o el PSOE, dejaran los guardaespaldas y los pinganillos, seguirían siendo casta. Pura y evidente demagogia.
Las manipulaciones que se han hecho de Pablo
Iglesias, sugiriendo que apoya a ETA o que convertirá a España en Venezuela si
llega al poder, hay que entenderlas por una parte desde el miedo y la
demagogia. Pero por parte, es necesario entender que cierta inteligencia y responsabilidad política demanda de Pablo Iglesias no entrar al trapo de
todos los exabruptos que se le han dicho.
EL MIEDO A PABLO IGLESIAS
Desde el miedo y la demagogia, porque solo así se puede explicar que se corten vídeos sacándolos de sus contextos: la búsqueda de un titular por encima de la verdad, confundir explicación con justificación, y el elogio con la necesidad de mimetizarse, etc.
Hay dos
paradigmas de manipulación mediática que me gustaría mencionar. El primero fue el vídeo que mostró 13TV en los que
supuestamente deseaba hacer una cacería de fachas y pegar a sus contertulios de la derecha, y que más tarde se demostró que era mentira,
pues Pablo Iglesias estaba precisamente caricaturizando a la audiencia que apoyaba ese
discurso. Y el segundo lo protagonizó Antena3TV, cuando
al día siguiente de la entrevista con Jordi Évole, presentó un corte y un
titular tan falseado, que el propio Jordi Évole tuvo que subir un youtube desmontando la manipulación.
LA INTELIGENCIA POLÍTICA DE PABLO IGLESIAS Y SU RESPONSABILIDAD
Y desde la inteligencia política, porque conociendo todo ese miedo que se agita demagógicamente, sería estúpido por parte de Pablo Iglesias darle un titular al periodista que lo quiere manipular. Pablo Iglesias es de izquierdas, y como le explicó Julio Anguita a Eduardo Inda, ETA viene de la izquierda, y se puede estar de acuerdo con ETA en las fuentes ideológicas rechazando la actividad armada. Pero si Pablo Iglesias se atreviera a explicar eso en un plató de televisión, le sacarían un titular diciendo: "Pablo Iglesias comparte la ideología de ETA". Si se trata de ganar, hay que jugar con las mismas reglas que el resto de competidores, y si las reglas te dicen que un titular manipulado te hace perder una gran cantidad de votos, pues hay que tener cautela para no regalar votos gratuitamente y servirles su manipulación en bandeja de plata. Eso no es rehuir la verdad, sino usar la inteligencia política.
También considero que más que inteligencia, lo que ejerce es una gran responsabilidad, al decidir no dejarse llevar por sus preferencias ideológicas, y moderar su discurso para representar a un colectivo plural que ha depositado su confianza en él para un cambio muy concreto. El secretario general de Podemos podría hacer arengas marxistas, anti-imperialistas, y hablar de luchas de clase, de la historia de las luchas de los obreros y de los procesos revolucionarios etc. Pero no lo hace porque es consciente de que más allá de su ideología política, de la que no reniega, y más allá de su pasión provocadora como moderador radiofónico, ahora tiene la obligación de representar a gente que no es necesariamente de izquierdas. Gente que está harta de un sistema cuyos vicios vienen heredados desde la Transición Española. Gente que seguramente no comparta algunos principios ideológicos con Pablo Iglesias, pero que está comprendiendo que no es posible que los de siempre cambien el sistema.
Ya sea por impotencia, castigo, o porque la gente esté convenciéndose de que Podemos merece la oportunidad, el caso es que Pablo Iglesias representa a muchas sensibilidades. Y si la intención es sacar adelante este país con un profundo cambio político, no sería oportuno ejercer de profesor de ciencia política para hablar de la política en Latinoamérica o de los procesos de reconciliación nacional en el mundo. No es necesario rezar ningún rosario ideológico ni defender causas hipotecadas por otros para unirse a Podemos. Ahora se trata de mejorar el país, no de hacerlo más erudito con debates internacionales para una élite académica.
En varias ocasiones ha hablado de esta responsabilidad, pero nunca tan claro como el domingo pasado frente a Ana Pastor, cuando dijo:
"Es verdad que cuando uno habla sin responsabilidades políticas, dice lo que le apetece. Y cuando uno tiene responsabilidades políticas, uno está representando muchas cosas, y que por tanto hay que ser mucho más prudente."
PABLO IGLESIAS ADMIRA A CHÁVEZ
Hay varios vídeos en los que Pablo Iglesias sale elogiando a Chávez. Efectivamente así es. ¿Significa eso que está esperando a acceder al gobierno para quitarse la máscara y desvelarnos que en realidad es la reencarnación de Hugo Chávez en un profesor de ciencia política? A algunas personas les cuesta diferenciar un elogio, incluso cierta admiración, de una guía espiritual. Si te gusta Margaret Thatcher, como le gusta a Esperanza Aguirre, no significa que quieras importar la caza del zorro a España. No se trata del todo o nada. Cuando se usa la racionalidad se pueden introducir matices que nos saquen de un mundo en blanco y negro.
Eduardo Inda menciona constantemente a Churchill, por su defensa de la democracia como "la peor forma de gobierno, exceptuando todas las demás". Pero Inda olvida otras frases también de Churchill como "el mejor argumento en contra de la democracia es una conversación de cinco minutos con el votante medio." U otras más nefastas en las que apoyó a Franco o Mussolini, o incluso a Hitler, cuando dijo de él que era "un político altamente competente, ponderado, bien informado, de modales agradables y una desarmante sonrisa". ¿Significa eso que Eduardo Inda sea nazi? ¿Significa que desea un político como Churchill para España? Obviamente no. Sacar esa conclusión sería demagógico. Que alguien encuentre motivos para admirar algunas facetas de un líder político no significa que apruebe toda la gestión en su integridad, ni mucho menos que se quiera importar todo el modelo.
A Chávez, mal que le pese a muchos, lo eligieron democráticamente. Y no en una, sino en muchas ocasiones. Y la limpieza de los procesos electorales ha sido declarada por los más serios observadores, incluso por los contrarios a Chávez. El contexto político de Chávez era una Latinoamérica que se despertaba de un control norteamericano de décadas, y redujo la pobreza y la desigualdad.
Sin embargo, Chávez no logró controlar la inseguridad y la corrupción en su país. Y tenía también grandes dosis de populista que nos chirría en España. Vestía con chándal para hacer que el pueblo lo sintiese más cercano y hablaba de Jesucristo como si fuese su votante, jugando con los sentimientos religiosos de manera partidista y poco responsable. Más o menos de la misma forma que Ana Botella le pedía a la Virgen de la Almudena delante de una multitud, con micrófono en mano, fuerzas para luchar contra la amenaza soberanista de Cataluña.
¿A qué Venezuela se refiere Pablo Iglesias? ¿A cuál se refiere Eduardo Inda? Son la misma, pero mientras Pablo Iglesias, como tertuliano de izquierdas y anti-imperialista, se centraba en los aspectos positivos, Eduardo Inda, como periodista anti-Podemos, se centra en los negativos. Es una pena que Eduardo Inda haya caído en este antagonismo personal con Pablo Iglesias, porque creo que es honesto en sus acusaciones. Él cree realmente que Pablo Iglesias va a montar una dictadura en España. Cree también que Pablo Iglesias es un proetarra convencido. Solo una animadversión personal puede justificar que se mejante ofuscación mental. Por muy amarillista que sea, Inda ha probado en suficientes ocasiones su independencia contra todos los corruptos, usando quizás el único estilo deportivo y competitivo que sabe. No se ha vendido a otro que no sea su propia convicción, equivocada o no. No lo he visto rehuir una crítica de gente que admira, o un piropo de gente que desprecia. Pero jugar al todo o nada, al blanco o negro, nos lleva al maniqueísmo y la bronca, y aleja el debate de las cuestiones importantes que pasan aquí, para llevarlo hasta otro continente y otros tiempos que nada tienen que ver con el nuestro.
ETA: APOYAR LA NEGOCIACIÓN NO SIGNIFICA APOYAR EL TERRORISMO
Con todo, "El Objetivo" presentó una parte sesgada de "la intro" que Pablo Iglesias hizo en uno de sus programas de "La Tuerka". Se quería dar a entender que Pablo Iglesias desea que los terroristas salgan de la cárcel sin cumplir sus penas. Sin ningún matiz. Si uno ve solo lo que emitió "El Objetivo", puede efectivamente sacar esa conclusión, ya que el vídeo estaba cortado tal y como señaló el entrevistado. En cambio, si uno escucha atentamente y en toda su extensión, tanto la introducción, como el programa entero de "La Tuerka", se debería dar cuenta de dos cosas: La primera es que el contexto es una hipotética negociación, y la segunda que se trata de defender el principio de igualdad ante la ley, para que la ley trate a todos los ciudadanos por igual... y eso implica también tratar a todos los asesinos por igual.
CONTEXTO DE NEGOCIACIÓN
Si uno se esmera un poco y ve el título del programa, ("¿Paz por presos? El problema vasco hoy") y el contexto en el que se debate, se dará cuenta de que se está hablando de la oportunidad de alcanzar una paz definitiva tras la declaración de ETA del 20 de octubre de 2011 del "cese definitivo" de la violencia. El problema de ETA ha pasado por diferentes contextos históricos, el franquismo es uno de ellos y la democracia otro. Y dentro de la democracia, hay periodos de asesinatos y periodos de tregua. Todos ellos son contextos diferentes, con diferentes respuestas políticas. El del cese definitivo de la violencia, es otro contexto más.Este contexto es el mismo que entendió el Ministro del Interior, poco sospechoso de ser pro-etarra. Comentando el necesario cambio tras el cese de la violencia de ETA, para tratar los asuntos de diferente manera y con diferentes personas, el 15 de febrero de 2012, el Ministro del Interior Jorge Fernández Diaz, dijo muy acertadamente lo siguiente:
"ETA hoy en día [...] no es fundamentalmente un problema policial,[...] hoy tiene una dimensión política, que no podemos obviar, y por eso hemos de saber gestionar, esta situación, no como corresponde a una ETA cuando estaba en plenitud de capacidad operativa, asesinando, aterrorizando y extorsionando, que hoy que está diezmada, que la ha derrotado el Estado de Derecho y que ha hecho esa declaración."
El ministro tuvo que rectificar presionado por la derecha mediática que a
fuerza de darse golpes en el pecho y usar descalificativos, a cada cual más
grueso, contra los terroristas, se creen que son más anti-ETA que nadie. A
Pablo Iglesias no le gusta jugar a ese juego infantil. Ha manifestado su condena a la violencia terrorista y no tiene sentido repetirlo con más
vehemencia para contentar a quienes nunca se sentirán satisfechos. Por eso se niega a repetir frasecitas
pueriles con Esperanza Aguirre. Que eso suscite dudas en sus seguidores, o que
no haya estado afortunado al no ser más categórico en sus explicaciones o condenas, es
algo seguramente discutible, como le sugería Julio Anguita a Eduardo
Inda en la Sexta Noche.
fuckingtonpost |
Pero volvamos al contexto. En su momento, el manual del discurso de los demócratas exigía no moverse ni un milímetro para aproximarse a las demandas que el mundo de ETA pudiera estar haciendo, para así no parecer débil, y no darle fuerzas a la banda terrorista. Lo comparto. Pero si no se consigue extirpar limpia, legal y definitivamente la violencia, si no se les derrota, entonces, hay que debatir si estamos dispuestos a una negociación (perdón por usar la palabra tabú, sinónima de cobarde o filoterrorista). Y si se quiere dialogar y negociar, como han hecho todos los gobiernos de España, y todos los del mundo en situaciones similares, hay que mover ficha. Dos personas con posiciones inamovibles no llegan a ningún acuerdo. En otros procesos de pacificación o reconciliación, las partes siempre han cedido en algo que antes consideraban fundamental. Y ETA, como dijo Pablo Iglesias y el Ministro del Interior, es un tema con "explicaciones" (no justificaciones) y "dimensiones políticas", que no se deben obviar si se quiere solucionar del todo. En una reconciliación cualquiera, y particularmente en el ámbito de la política, quizás haya que usar matices, formas y tonos diferentes según la ocasión. En las reuniones de víctimas del terrorismo con el mundo etarra, no se habla con la crispación que solemos ver en los debates televisivos. Porque quieren llegar a un acuerdo. Y los ciudadanos exigen a sus representantes que hagan uso de sus mejores artes políticas, no para robar, ni para corromperse, sino para conseguir una paz definitiva que termine con el terrorismo y cualquier forma de extorsión, secuestros, torturas o amenazas.
El ministro ni siquiera planteó una negociación, tan solo estar a la altura de las circunstancias para valorar la declaración de ETA de cese definitivo de la violencia, y aplicar soluciones políticas (como aceptar a interlocutores políticos como Amaiur, por ejemplo).
Pablo Iglesias, en este debate, está en el mismo contexto que estaba el Ministro del Interior cuando hablaba en la tribuna del Congreso, es decir, estaba situándose en un tiempo nuevo y diferente. Pero Pablo Iglesias no esconde la hipótesis que subyace bajo la mesa: una negociación. No sería la primera en el mundo en que se negocia con la libertad de asesinos y torturadores. Y por cierto, con el mismo tipo de inmovilismo que tenemos en España, que es humanamente comprensible, pero inasumible si se quiere avanzar. La pregunta "¿paz por presos?" es tan ineludible, como vomitiva le pueda parecer a muchas personas, especialmente a las víctimas del terrorismo, o por razones diferentes a los irreductibles de la violencia. Pero Pablo Iglesias se limita a ponerla encima de la mesa, para "coger el toro por los cuernos", y debatir abiertamente sin que te insulten llamándote asesino, cobarde o proetarra. Ni siquiera se muestra muy convencido en lo personal a respaldar una negociación con ETA, como podemos escuchar en el minuto 10:15. Tan solo dice que es un tema del que tenemos derecho a debatir, como los gobiernos hacen en secreto:
"No estamos planteando en este programa 'debería negociar el gobierno políticamente con ETA'. Estamos hablando de una cosa que se supone ha informado la presencia de gobiernos españoles en la misma mesa con ETA: hablar de presos."
Y además, plantea algo que se suele olvidar, y es que dentro de los presos de ETA, hay asesinos, pero también hay gente que está presa simplemente "por escribir en un periódico o porque han dicho en un mitin que el Rey es el jefe de los torturadores". Esta cita se pueda escuchar en el minuto 47:21 del vídeo completo.
LA LEY DEBE SER IGUAL PARA TODOS LOS CIUDADANOS...Y PARA TODOS LOS ASESINOS.
Pero independientemente del contexto, Pablo Iglesias se pregunta si no habría que tratar a todos los presos, los de un lado y los del otro, de la misma manera. Es decir, si los asesinos de la banda terrorista ETA y los terroristas funcionarios del Estado tienen crímenes igualmente execrables, ¿por qué dejar salir a unos y no a otros? Con la doctrina Parot se retorcía la ley para no dejar salir a quienes han cumplido con su condena. Esta doctrina fue tumbada por el Tribunal Europeo de Estrasburgo. Ese mensaje de respeto a la legalidad fue el que Pablo Iglesias mandó a Herrira, una asociación que defiende los intereses de los presos etarras. Sería demencial oponerse a una ley solo porque a ETA le guste. Si se persigue la paz y la normalización social de ese problema, me parece un buen comienzo hacerles saber al entorno de ETA que hay al menos una parte de España ("ese otro Madrid") que se toma en serio la paz, y que tiene una voluntad, honesta e imparcial, de terminar con excepciones a la legalidad.Si realmente se escucha el vídeo de "La Tuerka", uno se dará cuenta de que el pecado de Pablo Iglesias no es desear que los asesinos de ETA salgan de la cárcel. El pecado de Pablo Iglesias es que se cree de verdad el principio de que la ley es igual para todos. Si realmente creemos en ese principio, y no solo de boquilla, tendremos que estar de acuerdo en su aplicación: que todos los presos deben ser tratados con igualdad jurídica. Sin excepciones, y por mucho que nos repugne algunos criminales, a todos se les debe aplicar el mismo código penal. A cada cual según su pena, por supuesto, pero sin sustraerse a la legalidad ni a los derechos que les puedan corresponder. Obviamente cuando se indulta a unos terroristas (GAL) y a otros no (ETA), el principio de igualdad no se está cumpliendo. Al menos deberían reconocer que las excepciones se dan porque existen ciertas simpatías con los terroristas al servicio del estado como Rodríguez Galindo, Amedo y Domínguez. Y eso, que en un contexto diferente, podría darle igual a algunos, es hoy por hoy, un palo en la rueda del proceso de normalización en el País Vasco. No es de recibo indultar a unos terroristas porque despreciamos a sus víctimas, y dejar en la cárcel a los otros porque nos solidarizamos con las suyas.
El día 29 de octubre de 2014, unos invitados por el PP interrumpieron el debate en el parlamento catalán haciendo ostentosamente el saludo fascista. ¿No resulta curiosa la doble vara de medir? Iglesias manda un vídeo al entorno social de ETA, defendiendo un criterio legal y exhortando a terminar con el conflicto, y se le acusa de protetarra. Sin embargo el PP invita al parlamento a unos señores que interrumpen haciendo el saludo fascista, y a nadie se le ocurre pensar que el PP sea fascista. A quien se le ocurra, estaría equivocado. Al menos por ese suceso. El mismo rigor intelectual reclamo para Pablo Iglesias: quizás sea un infiltrado de ETA, uno descuidado que no camufla su aspecto de filoetarra con coleta,... pero eso no se puede inferir de ese vídeo.
Quizás habría que decirle a Eduardo Inda que se informe más concienzudamente sobre lo que opinan los líderes de Podemos sobre ETA. Y antes de vociferar a los cuatro vientos que Pablo Iglesias o Monedero apoyan el terrorismo, intoxicando al espectador, quizás debería haberse esforzado en ver y valorar vídeos como los que señalé anteriormente. O como los incluidos en éste, en los que vemos que Pablo Iglesias dice que "ETA debería perdón", y Monedero dice que "ETA es una organización terrorista que no le merece ninguna valoración positiva". O como éste otro, en el que Pablo Iglesias se enfrenta con la madre de tres presos relacionados con los GRAPO, que defiende el asesinato de banqueros.
Evidentemente,
estos vídeos demuestran una vez más que Eduardo Inda es parcial a la hora de
informar, que sesga la información por su antipatía por Podemos, y algo mucho
peor para él mismo: que es incapaz de discernir sus fobias de la realidad.
Hasta tal punto llega su histrionismo anti-Podemos, que ha llegado a acusar a
Pablo Iglesias de las futuras agresiones que pueda recibir por algún
descerebrado pro-Podemos. Resulta gracioso que él mismo no se haga responsable
de las agresiones que pueda recibir Pablo Iglesias y Podemos, porque otro
descerebrado se pueda creer lo que él mismo va contando. El hecho es que ya se
han visto amenazas y pintadas en ese sentido, y no han sido a
Eduardo Inda, sino a Pablo Iglesias al que le han deseado que le peguen un tiro en la nuca.
LIBERTAD DE EXPRESIÓN
Aún así, y para concluir, pienso que mi sentido de la libertad de expresión es
mucho más amplio que el de la legalidad vigente en España. Ni Inda ni Iglesias estarán de acuerdo, y yo ciertamente tampoco creo que deba ser una libertad
absoluta, pero como dice Noam Chomsky:
"...Si crees en la libertad de expresión entonces crees en la libertad de expresión para puntos de vista que te disgustan. Por ejemplo, Goebbels estaba a favor de la libertad de expresión para los puntos de vista que compartía, igualmente Stalin. Si estás a favor de la libertad de expresión, eso significa que estás a favor de la libertad de expresión precisamente para los puntos de vista que no compartes, de otra forma, no estarías a favor de la libertad de expresión.”
No es éste el lugar oportuno para desarrollar idea tan compleja, ni soy yo un experto en derecho constitucional comparado, pero creo que ni la libertad de Jiménez Losantos, ni la de El Jueves, ni la de Eduardo Inda, ni la de Wikileaks, ni de los que publicaron las viñetas de Mahoma, ni la del que dijo que el Rey era el jefe de los torturadores, etc. debería ser recortada. En política, los límites a la libertad de expresión deben ser mucho más laxos que en otros contextos. Y aunque ciertamente el caso de calumnias, acusar de delitos, está en el borde de lo aceptable, si no hay una intencionalidad directa de incitar a una violencia probable, concreta e inminente, el discurso político debería poder fluir y ser públicamente criticado.
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