El informe Chilcot sobre la guerra de Irak vuelve a traernos esos tristes tiempos en los que la mayor manifestación planetaria gritaba "No a la guerra", y a pesar de todo, nos llevaron a la guerra. Ahora todos miran a Blair, y por extensión a Aznar.
Recopilando algo de esta infame historia, fueron cuatro los países que promovieron la guerra de Irak en contra de la ONU: EEUU, UK, España y Portugal. Se reunieron en las Islas Azores y aceleraron la invasión para no dar más tiempo a la ONU, no fuera a ser que Irak al final accediese por la vía diplomática. Ellos fueron los autores intelectuales de este crimen de guerra. Es cierto que luego se sumaron otros países para ejecutar lo planeado, pero solo esos cuatro se atrevieron a romper el hielo en contra de la legalidad internacional.
Dice Federico Trillo que nunca pegamos un solo tiro y que no fuimos como combatientes a Irak. Tan solo (nada más y nada menos) prestamos nuestro apoyo a la causa bélica.
Es cierto. Y no es nada nuevo, lo lleva repitiendo Luís María Ansón desde hace años. Dice que fuimos en misión de paz, aludiendo al periodo de la reconstrucción. Para Trillo y Ansón todo aquel que apoye a un agresor para que le pegue una paliza a su mujer, debe ser considerado un digno luchador contra la violencia machista... siempre y cuando ayuden económicamente a la recuperación de la víctima.
Es cierto. Y no es nada nuevo, lo lleva repitiendo Luís María Ansón desde hace años. Dice que fuimos en misión de paz, aludiendo al periodo de la reconstrucción. Para Trillo y Ansón todo aquel que apoye a un agresor para que le pegue una paliza a su mujer, debe ser considerado un digno luchador contra la violencia machista... siempre y cuando ayuden económicamente a la recuperación de la víctima.
Pero dejando de lado la deleznable hipocresía, ¿no decía el PP que los que apoyan a los terroristas son también terroristas? Entonces los que apoyan a criminales de guerra también deberían ser considerados como tales. Los que apoyan la guerra "sin pegar un solo tiro", pero abastecen con provisiones y logística a los combatientes también cargan con cierta responsabilidad... No éramos la Cruz Roja. Formábamos parte del bando invasor, e hicimos posible esa guerra gracias a nuestra ayuda proactiva y explícita, fuera del tipo que sea.
El que da refugio a un terrorista en su casa, guarda sus bombas, le lleva en coche hasta su objetivo y le cubre las espaldas, tampoco pega un solo tiro... pero carga con la misma miseria moral.
El que da refugio a un terrorista en su casa, guarda sus bombas, le lleva en coche hasta su objetivo y le cubre las espaldas, tampoco pega un solo tiro... pero carga con la misma miseria moral.
Hay quién dice que la guerra hubiese sucedido de todos modos, así que nuestra contribución política a la sangría humana, no fue determinante. Pero si tal fuese el caso, la responsabilidad moral persiste, pues apoyar el terrorismo aunque tú opinión sea la de un Don Nadie y ni siquiera llegue a oídos del terrorista, te hace cómplice de su moral asesina. El que penalmente no hayas contribuido "con actos necesarios" no te convierte en pacifista, por muchas misiones de paz en las que te enroles. Compartes la causa, aunque nunca hayas pasado a la acción.
Pero en el caso que nos ocupa, la voz de Aznar sí que fue escuchada por el terrorista (Bush). Es más, fue convocado porque necesitaba su apoyo político, y Aznar creyó en la causa del terrorista. No es que Aznar apoyase una acción criminal de un tercero, de manera irrelevante, sino que le brindó su apoyo para que el criminal se sintiese más arropado al lanzar sus bombas. Se coordinó con él para escenificar la decisión y su apoyo político. Sus palabras no fueron de alguien anónimo que jaleara en un bar la guerra, sino que fueron las palabras de un presidente de gobierno apoyando la guerra. Fueron palabras sí, y al mismo tiempo fueron acciones, fueron actos políticos.
Así que el hecho de que ni Aznar ni Trillo pegasen un solo tiro en la invasión de Irak (aunque "cuándo termina la invasión" y "cuándo empieza la reconstrucción" es bastante opinable), no les exime de la inefable responsabilidad que llevaran siempre sobre sus espaldas, pese a la execrable actitud huidiza y negadora de lo que todos sabemos.
Los que sí pegaron tiros, y sí perdieron vidas, aunque no tuvieron ninguna responsabilidad (ni política ni jurídica) en este desastre humanitario, fueron los once soldados españoles que estaban desafortunadamente bajo las ordenes de estos canallas cobardes que ahora van diciendo por ahí que no pegaron un solo tiro, y que nuestros soldados murieron en nombre de la paz.
Nauseabundo.
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