Todos conocen a Hilary Clinton y Donald Trump, pero casi nadie sabe de la existencia de Ralph Nader. Ralph Nader también se presenta a estas elecciones y, pese a tener más pasado político que los otros dos candidatos juntos, sigue siendo ninguneado en los debates electorales.
[VER DOCUMENTAL EN DAILYMOTION: Primera parte y segunda parte.
Este documental de 2007, rescatado de mis archivos de Producciones Porcinas Crespo, arranca con una cita brillante, a medio camino entre la broma y el trabalenguas, como tantas otras de George Bernard Shaw, maestro del oxímoron.
El hombre razonable se adapta al mundo; el irrazonable intenta adaptar el mundo a sí mismo. Así pues, todo el progreso depende del hombre irrazonable.
George Bernad Shaw, "Hombre y Superhombre" (1903)
Dejando de lado el sesgo patriarcal de la cita, se podría entender que hay cierta ambiguedad en la misma a la hora de juzgar la figura de Raplh Nader, sobre todo por la cantidad de testimonios en los que lo ponen a caer de un burro. Pero la codirectora, Henriette Mantel, antigua colaboradora de Ralph Nader, confiesa que estaba harta de que todo el mundo lo despreciase con tanta ligereza, y que su motivación para hacer el documental era que todo el mundo supiera toda la historia detrás del tercero en discordia en la política estadounidense.
Aquí en España, no solo desconocemos esa historia detrás de este David en una tierra de Goliats, sino que apenas conocemos que hay otras opciones políticas además de los demócratas y los republicanos. Ahora que se avecinan las elecciones más importantes de la historia planetaria, si por importantes entendemos que le pueden dar el poder más grande al más peligroso de todos los que se han presentado a Presidente de EEUU, ahora que sabemos todos tantos detalles de Donal Trump y los mails privados de Hilary Clinton, no estaría de más que supiéramos algo sobre la existencia de Ralph Nader.
Ralph Nader, es conocido en EEUU por
plantar cara a los abusos de grandes multinacionales. Desde la década de los 70 ha sido el mayor propulsor de un empoderamiento ciudadano en tanto que consumidor. Su primera gran guerra y trampolín a la fama vino cuando criticó la falta de seguridad en los coches, y cómo las empresas automovilísticas evitaban invertir en seguridad. General Motors le puso un detective para desacreditarlo, Nader lo denunció por invasión de su privacidad y ganó una suma astronómica que lejos de guardarse para sí y jubilarse, la invirtió en seguir dando caña a la misma industria y a montar una red de organizaciones para mejorar los derechos de los consumidores, la transparencia, la salud y la democracia de su país. El sistema había creado una mosca cojonera.
Pero todavía no se había enfrentado cara a cara con las élites políticas. Solo cuando decidió presentarse a Presidente de EEUU sufrió la ira mediática e institucional de quien osa tambalear un sistema bipartidista. Al situarse a la izquierda del Partido Demócrata, éste le acusó de robarle votos y propiciar que George W. Bush ganase las elecciones. Esta retorcida lógica establece que el responsable de que el partido "X" pierda votos es su competidor "Y" que ha osado presentarse a las elecciones.
Es absurdo, solo quienes se creen en posesión de un cortijo les reprochan a los demás que entrar a competir es robarles lo que ellos creen como propio. Algo parecido ha pasado en España, desde hace décadas se aplicó la consigna del voto útil y la acusación a Izquierda Unida de robarle votos al PSOE. IU, según esta lógica, debería haberse echado a un lado y dejar que el PSOE acumulase sus votos. Así, la responsabilidad de que pudiese ganar el PP era de IU. Más recientemente ha sucedido lo mismo con Podemos (por la izquierda) e incluso con Ciudadanos (por la derecha), los que se creen dueños de la tarta acusan de robarles su trozo del pastel a cada nuevo competidor.
A Ralph Nader se le juzgó y se le sigue juzgando por razones tácticas, no por sus principios ni sus logros de activista. Todavía hoy encarna, mejor que nadie en EEUU, la lucha de una hormiguita contra un sistema que genera desalmados y acomodados chupópteros del poder.
Aunque en algunas ocasiones ha cosechado votos entre los republicanos, fueron las elecciones que le dieron la victoria a Bush, las que le cosecharon mayores críticas hasta pasar "de héroe a paria", tal y como describe el codirector del documental, Steve Skrovan, a quien le intrigaba como tantos ex-colaboradores de Nader eran tan contrarios a él. Las elecciones fueron tan ajustadas que se tuvieron que dirimir en un tribunal, y se le acusó de ser el responsable de la victoria de Bush. El documental muestra el dilema moral de
mantenerse fiel a sus principios o colaborar con el menos malo del
espectro político. Algunos confunden integridad con cabezonería, otros proclaman pragmatismo frente a idealismo, y mientras los viejos buitres quieren aplastar a los nuevos candidatos apelando a la responsabilidad de estado, él sigue incombustible. Ralph Nader se presenta de nuevo en estas elecciones de 2016, y representa mejor que nadie que yo conozca, la feroz lucha de un idealista por abrirse camino en una selva de ávidos de poder. ¿Y si los votos que se lleve Nader son los que le faltan a Hilary Clinton para superar al pirado de Donald Trump? ¿Será culpa de Nader la victoria de Trump? ¿No tendría la misma legitimidad Nader para decirle lo mismo a Clinton? ¿No se solucionaría todo con un sistema de segunda vuelta? El debate está servido.
Los extras del DVD, que todavía se vende, merecen la pena.
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