Desde hace casi un año que vengo colaborando en un podcast que se llama "Personajes Secundarios". En él seleccionamos algún extracto de alguna obra de ficción, ya sea cine o literatura, y la interpretamos brevemente para después poder comentarla.
Finalmente se encuentran décadas después, y la falta de comunicación sigue dominando sus formas de actuar, así que dejan pasar de nuevo la ocasión de decirse todo lo que se guardaban para sí mismos. La película trata de lo que no fue y pudo ser, de lo que no se dice pero se siente.
La genialidad de su director, James Ivory, es precisamente contar unos sentimientos tan profundos evitando las palabras, interpretando los silencios, las miradas, y seduciéndote con la obsesiva música de Richard Robbins (extrañamente no disponible) que refleja la contención que rezuma toda la película. No en vano, James Ivory fue el guionista de "Call me by your name", otra película de culto en la que vuelve a conquistarnos por la sutilidad con que se trata el tema de una atracción secreta. En ese caso era entre dos hombres que no son abiertamente homosexuales y deben esconder sus afectos, esconderlos de la sociedad y hasta cierto punto de ellos mismos. Y es que el deseo, el miedo al rechazo, la pérdida, la juventud perdida y la melancolía de lo que pudo haber sido es algo que trasciende a la orientación sexual.
Al fin y al cabo, todos tenemos que enfrentarnos tarde o temprano a nuestros errores o desgracias. Todos tenemos que decidir cómo convivimos con nuestro pasado e intentar llevar lo mejor posible lo que queda del día.
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