Leo Bassi simboliza para mi esa parte de la personalidad (al menos de la mía) que, harta de convencionalismos y ataduras de correción política, estalla y escandaliza como manera de expresar una opinión disidente. Si además, el fondo es compartido, entonces lo tenemos casi todo en una sola botella: humor, escándalo, anti-futbol, anti-Gran Hermano, tiramierdas, activismo ateo, denuncia política, defensa de los derechos de los gays y lesbianas, reivindicación de la ilustración, izquierdismo antisectario, defensa de los payasos....
No es el único artista que usa la provocación para impactar mediáticamente, pero para mi el inteligente equilibrio entre humor y mensaje político es la clave del éxito de Leo Bassi.
Es un humorista, no un filósofo, pero las inquietudes que reflejan sus obras lo colocan muy por encima del vacuo compromiso que cunde por la escena cultural mayoritaria. Por la pasión que pone es, no solo un punto de partida desde el que pensar, sino un trampolín que te zambulle directamente en la batalla de las ideas.