27.5.09

EL PARTIDO POPULAR, EL MUNDO Y LA SIMBIOSIS CON LA MENTIRA

16/06/07

Poco a poco la teoría de la conspiración sobre el 11-M, aquella por la cual ETA habría estado detrás del mayor atentado de Europa, se va diluyendo en sede judicial. Ello no quiere decir que los que la han defendido de manera descarnada, incondicional y totalmente pública rectifiquen; estos seguirán decidiendo que una cosa es la verdad material y otra la verdad formal, y aprovecharan esa vieja distinción académica de juristas para seguir mintiendo, y en buena medida convenciendo a algunos crédulos. Por el contrario los que primeramente la defendieron de igual manera pero pronto pasaron a hacerlo con la boca pequeña y entre líneas, sacando de contexto algunas afirmaciones y escondiendo otras, como por ejemplo El Mundo, ya hace que empezaron a retirarse discretamente. Su línea editorial ha estado bailando entre el desprestigio y la supuesta capacidad para sacar exclusivas que vender cada mañana. Ha sido un equilibrado baile que bajo la loable capa de la investigación ha subrayado solo las versiones que apoyaban su paranoia. "Atacar las incoherencias de la versión oficial no significa apuntar con el dedo a nadie" nos diría el comedido Pedro J. para más tarde sacar sus titulares que extendían la mancha de la conspiración a diestro y siniestro. Recuerdo cómo Pedro J. Ramirez comentaba para asombro de sus contertulios, en un programa matutino de Antena 3, que El Mundo nunca apoyó la teoría de la conspiración, que lo único que deseaba es que no se cerrase en falso la investigación y que se aclarasen los puntos oscuros del atentado.

Efectivamente siempre existirán puntos oscuros no solo en un atentado, sino en cualquier suceso por trivial que sea. Nadie sabe a ciencia cierta todos los extremos de la vida de nuestros vecinos o incluso familiares, ya ni digamos los sucesos más importantes de la historia. Cualquier cosa que no haya quedado registrada es susceptible de ser interpretada en clave de conspiración, y si uno quiere ver la mano de ETA detrás siempre podrá encontrarla, ya sea con una cinta de música en vasco, ya sea con el viaje de mi abuelo al norte de España. Pero el núcleo de la investigación, la balanza de la misma, apunta y siempre apuntó hacia los islamistas radicales, no hacia los vascos radicales.

Es sorprendente como este periódico con una tradición investigadora importante, más o menos confirmada aunque a algunos les pese, ha quedado desacreditado por su empecinamiento ante una causa que no le era propia. Se puede decir que la corrupción del PSOE en tiempos de González así como el GAL fue una causa original de El Mundo, no importa que fuese por el anti-felipismo de Pedro J. o no, el caso es que más tarde se demostró que llevaba buena parte de razón. Sin embargo la teoría de la conspiración del 11-M nació como un esfuerzo desesperado para evitar un fracaso electoral a las pocas horas del atentado, y la parió el Partido Popular. Pero era una criatura que estaba destinada a ser abandonada en cuanto pasara el 14-M. El hecho de haber seguido cuidando de ella, me hizo pensar en su momento que se debía a la incapacidad del PP para asimilar públicamente que habían mentido con cadáveres de cuerpo presente, o que se hubiesen equivocado de cabo a rabo en el mejor de los casos. Pero la insistencia y el pueril riesgo de quedar para la historia de este país como niños empeñados en mantener su mentira, me hace pensar ahora que quizás simplemente en su fuero interno hayan preferido creerse sus mentiras antes que reconocer la cruda realidad, y ya no puedan escapar de un dogma de fe que se auto-impusieron y que se descompone poco a poco. Hasta ahí lo puedo entender, aunque no compartir.

Pero el caso de El Mundo no tiene justificación alguna. ¿Por qué apoyar una teoría que nació con vocación de tan solo 4 días de supervivencia? ¿Por qué llevar de la mano al PP a fuerza de editorial tras editorial para que repitiesen sus estrategias? ¿Quizás es que realmente Pedro J. y el El Mundo hayan creído de verdad lo que nos han contado estos últimos años?. Yo creo que sí. Pero ¿cómo se puede caer siempre en la misma piedra sin darse cuenta?, ¿cómo no rectificar ante tantos datos?, ¿cómo no darse cuenta de que tu convicción y aires de grandeza y de líder periodístico te puede hacer ver lo que quieres y no lo que hay?... la manipulación de tantas portadas de periódicos, la insistencia apostando por una versión que ya desde un principio cojeaba demasiado... todo eso no es comprensible, salvo que se tenga la convicción (igual que Rajoy cuando dijo días después "Tengo la convicción moral de que fue ETA") de que se está en lo cierto, y que los fantasmas de las antiguas presiones del PSOE por el GAL y la corrupción te hagan soñar que la historia se estaba repitiendo y que el PSOE (desde la oposición) tenía unos fieles incondicionales infiltrados en la fuerzas y cuerpos de seguridad del estado que no tenían otra cosa que hacer que jugarse sus puestos de trabajo para ayudar a ZP a llegar al poder, y todo ello en connivencia con ETA (que mataba a policías y socialistas, no solamente populares).. en fin una gran paja mental que no pasaría de ser una “freekada” más de no ser porque murieron muchas personas que se usaron para mentir a los que quedábamos vivos, para que los indecisos votásemos al PP y no se nos pasase por la imaginación que todo esto podría ser por la guerra de Irak y el islamismo radical. Las llamadas desesperadas a los periodistas, los faxes a la ONU, las ruedas de prensa del ministro más mentiroso que haya tenido España jamás, las televisiones públicas proyectando películas sobre ETA, los lemas de las manifestaciones, etc... todo en un último y desesperado intento de llegar al día de las elecciones haciendo creer a los españolitos que había sido la ETA de siempre. Efectivamente hubo una conspiración, pero fracasó estrepitosamente, porque a la gente se le hincharon sus genitales cuando les trataron como idiotas.

Pero de alguna forma se confirma que estamos, o seguimos, en una era de oscurantismo. Cuando los que se aferran a la mentira no son castigados drásticamente en las ultimas elecciones (aunque fuesen locales), cuando El Mundo no ha visto reducido su prestigio entre sus lectores (no al menos sustancialmente), cuando la población respalda a los mentirosos... entonces quiere decir que todavía se prefieren las versiones truculentas frente a las racionales, la película frente al aburrido informe, la ficción frente a la realidad, el mito y la religión frente a la ciencia, el insulto y el linchamiento frente al proceso judicial. Es como si la mentira hubiese llenado sus corazones, algunos aburridos y algunos llenos de ira contra el contrario, y les hubiese insuflado la envenenada sangre con la que bombear un aparato circulatorio de inexcrutables y paranoicos capilares. La mentira y el mentiroso en una simbiosis perfecta que atrapa la atención del lector, y el elector impaciente, ávido de revelaciones rápidas y contundentes que solucionen el problema mental de ver como los suyos han cometido la mentira más abominable de nuestra historia reciente.

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